lunes, 29 de noviembre de 2010

Talvez solo el amor nos pueda salvar

Ubicado en un pueblo, casi desolado y castigado por la sequía y el tiempo, estoy un poco desorientado, y me acerco a un hombre viejo de apariencia humilde, con ropa ya muy desgastada, y le pregunto por una dirección.

El viejo me responde mientras que hace un gesto de extrañeza -Uuhh... hacia tanto que no escuchaba esas calles, que ni recuerdo pa' donde están-.

Estoy a punto de claudicar, y abandonar mi viaje hacia este pueblo,
donde lo único que lo mantiene fuera del olvido es el anuncio de la entrada y mi obsesión por cumplir el ultimo deseo de un hombre desahuciado.

Ráfagas de aire y tierra soplan con fuerza, y yo cierro los ojos y aguanto la respiración por un momento.

He seguido caminando por el pueblo, y a lo lejos veo dos mujeres sentadas en mecedoras, en el portal de una casa de adobe. Por fin, las mujeres me saben dar indicaciones para llegar, a donde debo llegar.

Voy en camino, pensando en las palabras de ese hombre -Nada de lo que te pueda decir, te podrá hacer cambiar tu forma de pensar; pero quiero darte una muestra, un símbolo de esperanza que no debe desaparecer nunca de tu corazón-, quizá la nostalgia del atardecer en ese pueblo hacia que mi corazón latiera con fuerza al recordarlo.

Estaba justo ahí, donde se me había dicho. El árbol mas grande de la plaza, no había duda. Aquel hombre me había pedido con instrucciones muy precisas, encontrar un compartimento de uno de los lados del árbol.

-En ese lugar, supe que tu abuela, era la mujer con quien quería pasar mis días; ella me escribió un mensaje, que no me dejo leer, y que guardo en el árbol-. Mi abuelo me había mandado, y yo ya estoy aquí buscando donde quedo escondido ese mensaje.

El árbol ya había hecho corteza, y con mis uñas arranque unos trozos, hasta que encontré el hueco.

La voluntad de aquel hombre, había sido cumplida; y mas allá de eso, una luz que se encendía aquí en este remoto lugar del universo, y le daba sentido en si, al momento en que lo leía.

"Y talvez solo el amor nos pueda salvar".

martes, 26 de octubre de 2010

La Edad de la desilusión

Un día en tu vida, mas temprano que tarde
llegará el momento en que tus ojos abiertos
empezaran a mirar por primera vez
algo que siempre estuvo ahí: La realidad.

Y nos damos cuenta de que las cosas tienen su forma de funcionar.
Tratamos de hacerlas a nuestra manera, pensando en que así
podemos mejorar lo que se ha hecho antes.

Nos aferramos a nuestras ideas, a nuestros sueños
pues creemos que el destino nos ha puesto en ese camino
para lograr en el menor de los casos, nuestra propia felicidad.

Te das cuenta de lo que sigue ahí
de lo que dejaste ir
de lo que pudo ser y no es.

Han pasado muchos años y sin embargo, tu sigues ahí
como el que mira un tren pasar.

Llegará el momento de pensar en las malas decisiones
Echar de lado falsas ideas, cambiar los habitos
y dejar de pagar factura doble por los errores.

Pues solo así, madurando y aceptando la realidad
se podrá sortear el paso hostil a través de la edad de la desilusión.

jueves, 23 de septiembre de 2010

El Enemigo

Cuando el hombre se confía, permite ser franqueado
abre paso a fuerzas ajenas a su voluntad,
para disponer de todo a discreción.

Una bestia con piel de cordero puede estar tras de ti
tras tu tiempo
tras tu dinero
tras tu amistad
tras tu cuerpo.

"Aquel que no confía, no es capaz de amar".
Tal vez eso se piense, pero el amor exige actuar con inteligencia
ese amor que todo lo da solo lleva a la ruina del individuo.

Mas vale ser suspicaz, y no tender la mano a quien no
ha ganado nuestra estima.

Mas vale pasar por mala persona, ante todo aquello
que busca pisarnos como a un escalón.

Porque el mundo es todo menos un lugar justo,
y el enemigo no dudara vivir en el
primero antes que tu.

martes, 31 de agosto de 2010

Este maldito Amor

Así vamos,
coincidiendo por azar,
tratando de adaptarnos,
algunos queriéndose cambiar a si mismos,
otros queriendo cambiar a los demás,
muchos aferrándose a su manera,
pocos aceptándose como tal,
y todos obteniendo como resultado
dosis de desilusión y felicidad.

"En este mundo hay sólo dos tragedias: una es no obtener lo que se quiere; la otra es obtenerlo"
Oscar Wilde

martes, 10 de agosto de 2010

Días para recordar

Me encuentro aquí, pensando en que escribir.
Tratando de encontrar algo interesante que decir,
algún momento que valga la pena señalar.

"Un día tras otro, sin notar la diferencia entre el hoy con el ayer,
ni del ayer con el antier", he escuchado decir. Para mi cada día tiene algo que resaltar, tal vez un chiste que desencadena la risa en alguien mas,
haga ya valer la pena un día.

Un día fui testigo de la alegría de unos niños jugando. En otro, saque del olvido objetos de mi niñez y obtuve recuerdos de los buenos tiempos. Incluso, días en los que he visto la crueldad actuar con total impunidad; y en todos ellos he encontrado días para recordar.

"La fragilidad de la vida hace mayor aún el milagro de estar aquí (razón para sentirse afortunado), aunque sea solo por un poco más."

miércoles, 21 de julio de 2010

do you renounce Satan? (Part II)

Es difícil ser congruente, con lo que se piensa y lo que se hace; muchas veces pretendemos serlo (a quienes no nos vale un comino), pero nos gana el miedo a enfrentar ciertas situaciones.

Admiro a aquellos que pueden serlo, porque pasan a través del fuego de la hipocresía, utilizando el escudo de la "verdad" y salen airosos.

Pienso que aun así podemos cometer errores, algunos que nos costaran mas que lágrimas, pero sabremos que en ese momento, bajo esas circunstancias, fue nuestra mejor decisión, y esa es la respuesta para nuestras dudas de conciencia.

"La maladad no son solo existe en lo que hacemos, si no también en lo que pensamos. Las buenas intenciones no basta con pensarlas, se necesitan reforzar con hechos."

miércoles, 7 de julio de 2010

Un día normal

En un día de trabajo, me molesta abrir los ojos y mirar que en el despertador restan minutos para que empiece a sonar la alarma: "¡Puta!".

Entre que decido si permanecer acostado un poco más o levantarme, pasan los minutos, hasta que recuerdo lo batalloso que se vuelve encontrar lugar en el estacionamiento del trabajo y que llegar tarde es motivo de que nos descuenten el día de salario: "Con mucho esfuerzo y mas desgano que ánimos, así empieza este hombre a dar sus primeros pasos. La sensatez vence la pereza".

Estoy arreglandome y tomando mi tiempo con calma, cuando me percato de que ya es hora de haber salido de casa, y aún no me he afeitado: "Prefiero llegar tarde, pero dar mi mejor cara". Estoy contra reloj, ya saliendo de mi casa, y no traigo mi celular, después de una fugaz reflexión, decido regresar por el: "2 minutos menos en la cuenta regresiva".

Entro en el carro y veo que el indicador de la gasolina está bajo: "Debí ir a cargar gas el día de ayer, no hay tiempo de pasar a la gasolineria". Entonces todo el sistema de estrellas, planetas, lunas, galaxias, se alinean solo para conspirar en contra mía y contra mi misión de llegar a tiempo.

El trafico está imposible, me voy por un carril esperando ir mas rápido y se detiene un camión urbano, mientras que los autos que iban tras de mi pasan con el semáforo aun en verde. Por fin me regreso al carril izquierdo, y recupero terreno. Escucho la sirena de una ambulancia, pero aun es mas mi afán por acelerar que por ser prudente. Veo salir la ambulancia en la cuadra siguiente y en mi distracción no veo que el auto de enfrente está detenido, cediéndole el paso a la ambulancia. Por reflejo, piso con toda mi fuerza el freno, y entre el rechinido de las llantas aferrándose al pavimento y la adrenalina que me prepara para el impacto, logro por centímetros evitar el choque.

Ese suceso me pone en evidencia y pienso en toda la situación: "No fueron los planetas, ni un dios en cólera, fui solo yo; hice todo lo necesario para llegar tarde". Finalmente arribé a mi destino, tarde, sin lugar para estacionar mi auto, y posiblemente trabajando el día "gratis".

El día apenas inicia, pero ya se que mañana me levantaré mas temprano.

viernes, 2 de julio de 2010

La lluvia que no cesa

Implacable frescura que se precipita,
una fuerza violenta que ha sido desatada.

En la víspera de una luz esperanzadora, las lágrimas se pierden
entre gotas de lluvia, y esta parece no terminar.

Cuanto mas fuerte el temporal, mas plantados están mi pies en el suelo. Cuanta mas corriente pasa sobre mi, mas me resisto a ella.

Pero surge en mi una duda que me hace desistir y me dejo llevar por la tempestad.

¿Como es posible seguir de pie cuando se está rodeado de tristeza
con mascara de felicidad?.

Y pienso que hemos aprendido a gozar nuestra tristeza, mas que ningún otro sentimiento; hemos encontrado la afinidad con los demás, compartiendo los infortunios.

Sobre mí cae una lluvia que no cesa.

domingo, 20 de junio de 2010

El ciudadano Abyecto y el Humanista

Una moneda de múltiples caras, pero en la que son claramente identificables dos de sus lados.

En una se encuentra la indiferencia por el semejante, el desprecio por los que sabe diferentes, y donde el fin justifica los medios.

En la otra es una lucha constante por el respeto a la vida, donde cada paso hacia adelante le da un poco de armonía al caos.

Todo aquel con conciencia y razón, podrá distinguir en introspección algo de ambos, o matices de uno de ellos.

Si se quiere mejorar al mundo, hay que empezar por uno y es necesario no fallar en este primer prerequisito.

Hoy el ciudadano abyecto y el humanista se ven a la cara, y no hay lugar para la indecisión.

miércoles, 2 de junio de 2010

Notas de Piano

Notas de piano se escuchan y mi corazón se emociona.
Mis ojos miran a través de la ventana la gente pasar.

Siento de nuevo ese escalofrío recorrer mi espalda.
Me levanto y doy con sosiego mis pasos.

Alzo mi voz al mostrador, pero mi pregunta no es percibida.
Un sonido angelical ha ganado la atención.

Me alejo sigilosamente, esperando pasar desapercibido.

De pronto, mi desazón termina y regreso al mostrador.
Mi voluntad triunfará al fin.

Y al fin la respuesta que esperaba, en el momento mas oportuno.
De pronto terminó la ansiedad, no mas desilusión, no por hoy; porque no hay perdedor que no tenga su momento de gloria.

Notas de piano otra vez y mi corazón late más.

martes, 25 de mayo de 2010

Soldado sin fusil

Erase una vez un soldado, sumergido en un lugar inhóspito. El ambiente era desagradable y la humedad impedía respirar normalmente. Un rayo de sol caía sobre el casco del soldado, y este sudaba y exhalaba como si estuviera en un baño de vapor.

No entendía que estaba el haciendo ahí, ni mucho menos las razones por las que su país promovía esta guerra. Eran razones manipuladas, engañosas, perversas e inhumanas. Había intereses para forzar esa guerra y quienes manejaban los hilos, estaban sacando ventaja sin arriesgar un solo cabello.

El soldado ya había derramado sangre, sangre del que se suponía su enemigo. Se sentó por un momento sobre un escalón de piedra. Recargo su fusil en la base de un árbol. Estaba rendido. Estaba decidido a no pelear. Estaba decidido a renunciar, a ser un desertor.

Su país lo dio por muerto, y como todo quien perece en batalla defendiendo su nación, fue reconocido como héroe. Justo reconocimiento para quien se opone a destruir el paraíso del hombre.

jueves, 20 de mayo de 2010

El Viejo

El reto de ser padre, no puede compararse con ningún otro que un hombre pueda tener. Con mi padre convivi poco tiempo, pues la muerte trunco su existencia cuando yo era un adolecente de 14 años.

Recuerdo momentos de gran alegría, pues de niño el era mi héroe, y por largos periodos de ausencia debido a su trabajo en Estados Unidos, cada vez que lo volvía a ver era un reencuentro con mi héroe personal.

Siempre fue alguien muy ingenioso, que gustaba de los últimos artilugios en tecnología. Le gustaba el ajedrez, el cine, el café y los marlboro light. También era gran aficionado de la naturaleza y de acampar en terrenos salvajes.

Gran parte de como soy, se lo debo a el, por los gustos que me inculco y todo lo que me enseño. La vida no fue justa con el, yo mismo no fui justo con el.

Me hubiera gustado platicarle mis hazañas, y que el me platicara las suyas. Decirle que lo siento por lo mal que me comporte, y que ahora entiendo todo lo que se esforzó por ser el padre que debía ser, y que logro sin que se lo reconociera en vida.

El viejo ya no pudo seguir con su andar, pues entre dolor y cansancio las piernas le tambaleaban al caminar. "Que vergüenza", pensaba él, pues su orgullo muy reacio a la vulnerabilidad, no le permitía darse esos lujos. El viejo comprendio que nada es para siempre, y que todo aquello que brilla con luz propia, algún día se debe extinguir. Al viejo ya no se le volvió a ver, solo su recuerdo que permanece en los demás, lo hace prevalecer mas allá del fin.

martes, 18 de mayo de 2010

El Silencio

En ocasiones me detengo a observar el mundo girar, talvez lo hago porque tengo ganas de no hacer nada, o quizá es porque realmente si quiero hacer algo. En esos momentos, pienso solo en mi. Las cosas que he logrado, mi presente y el porvenir.

Vienen a mi recuerdos vagos, por lo general poco precisos, pero estoy seguro que todo está ahí, guardado, esperando ser desempolvado por una curiosidad nostálgica.

Todos necesitamos un momento de silencio, para meditar sobre nuestras vidas, porque sin la reflexión solamente "sobrevivimos". Me emociona seguir adelante, encontrar el camino en este laberinto, donde seguramente lo importante no es la salida, si no el camino retorcido por el cual tenemos que andar.

Todo el sonar furioso me hace perder el enfoque; con un momento de silencio lo recupero.