Perdón y conocimiento

La sutil caricia del indómito viento
colma de desahogo mi irascible ánima
que conturbada permanece y que sollozarse pretende.

Es tan desmesurado y basto el regocijo que en mi vivió
que de esas reliquias persiste fulgor
y no se habrá de narrar epílogo aún.

Suave y dulce efluvio de flores
cálido y emotivo estrujón, que arrincona mi corazón y no lo deja pirarse
lo mantiene palpitante y deseoso, de lo que le es justo y merecido:
perdón y conocimiento.

Alejado ando

Alejarse de lo superfluo resulta complejo en un mundo que ha perfeccionado su asimilación, donde el hacerlo equivale a ser un antisocial, y el no, en un alienado.

Ser parte de una sociedad que permite la impunidad y que eleva en la jerarquía social a criminales y los vuelve en "personas exitosas", nos hace a todos los que la conformamos en responsables.

Yo, rechazo de mi ser, mi mente y mi corazón cualquier lazo con esa sociedad y la maldad que representa, y afirmo que cuentan conmigo aquellos seres igual de indignados y rechazados, que lo único que quieren es que este sea un lugar con lo mínimo necesario para vivir y ser feliz.

Alejo de mi cualquier forma de prejuicio y discriminación, cualquier forma de injusticia y atropello, cualquier veneno que enferme al ser humano.

Un solo rayo de luz en este valle de oscuridad puede iluminar tu andar, una vez y para siempre.