jueves, 31 de mayo de 2012

Post Mortem

Tal vez sea un día como cualquier otro
un día caluroso, con un ambiente denso por la humedad
con gente riendo, con gente sufriendo
y por un instante el tiempo estará detenido, en mi mente.

Será el día de mi muerte, mi ultimo día en la tierra.
Por lo menos físicamente.

Serán momentos de agonía, de redención, el último intento
por arreglar las cosas antes de partir.

La voz posiblemente no encuentre aire con que resonar
será el grito ahogado de un hombre desesperado
que lidia su inexorable destino.

No habrá tiempo de ser superfluo
solo unos cuantos me acompañaran en esa penumbra
y por ellos trataré de ser mesurado.
Mas no se si pueda soportarlo, para ser franco.

Llegada la hora, me sentiré liberado de mi mismo
no habrá mas desgano, ni mezquindades, ni arrebatos
ni envidia, ni egoísmo, ni indiferencia.
En su lugar habrá amor, en el sentido mas humano de su significado.

No hubo miedo el instante previo, ni lo habrá eternamente.

Eso que me dio vida ya no existe mas
se perdió en el ultimo latido.

Solo quedarán las promesas cumplidas
solo bastarán las intenciones, para la gente.

A lo lejos escucho mi Réquiem
y a lo lejos
y a lo lejos
y a lo lejos...