martes, 25 de mayo de 2010

Soldado sin fusil

Erase una vez un soldado, sumergido en un lugar inhóspito. El ambiente era desagradable y la humedad impedía respirar normalmente. Un rayo de sol caía sobre el casco del soldado, y este sudaba y exhalaba como si estuviera en un baño de vapor.

No entendía que estaba el haciendo ahí, ni mucho menos las razones por las que su país promovía esta guerra. Eran razones manipuladas, engañosas, perversas e inhumanas. Había intereses para forzar esa guerra y quienes manejaban los hilos, estaban sacando ventaja sin arriesgar un solo cabello.

El soldado ya había derramado sangre, sangre del que se suponía su enemigo. Se sentó por un momento sobre un escalón de piedra. Recargo su fusil en la base de un árbol. Estaba rendido. Estaba decidido a no pelear. Estaba decidido a renunciar, a ser un desertor.

Su país lo dio por muerto, y como todo quien perece en batalla defendiendo su nación, fue reconocido como héroe. Justo reconocimiento para quien se opone a destruir el paraíso del hombre.

jueves, 20 de mayo de 2010

El Viejo

El reto de ser padre, no puede compararse con ningún otro que un hombre pueda tener. Con mi padre convivi poco tiempo, pues la muerte trunco su existencia cuando yo era un adolecente de 14 años.

Recuerdo momentos de gran alegría, pues de niño el era mi héroe, y por largos periodos de ausencia debido a su trabajo en Estados Unidos, cada vez que lo volvía a ver era un reencuentro con mi héroe personal.

Siempre fue alguien muy ingenioso, que gustaba de los últimos artilugios en tecnología. Le gustaba el ajedrez, el cine, el café y los marlboro light. También era gran aficionado de la naturaleza y de acampar en terrenos salvajes.

Gran parte de como soy, se lo debo a el, por los gustos que me inculco y todo lo que me enseño. La vida no fue justa con el, yo mismo no fui justo con el.

Me hubiera gustado platicarle mis hazañas, y que el me platicara las suyas. Decirle que lo siento por lo mal que me comporte, y que ahora entiendo todo lo que se esforzó por ser el padre que debía ser, y que logro sin que se lo reconociera en vida.

El viejo ya no pudo seguir con su andar, pues entre dolor y cansancio las piernas le tambaleaban al caminar. "Que vergüenza", pensaba él, pues su orgullo muy reacio a la vulnerabilidad, no le permitía darse esos lujos. El viejo comprendio que nada es para siempre, y que todo aquello que brilla con luz propia, algún día se debe extinguir. Al viejo ya no se le volvió a ver, solo su recuerdo que permanece en los demás, lo hace prevalecer mas allá del fin.

martes, 18 de mayo de 2010

El Silencio

En ocasiones me detengo a observar el mundo girar, talvez lo hago porque tengo ganas de no hacer nada, o quizá es porque realmente si quiero hacer algo. En esos momentos, pienso solo en mi. Las cosas que he logrado, mi presente y el porvenir.

Vienen a mi recuerdos vagos, por lo general poco precisos, pero estoy seguro que todo está ahí, guardado, esperando ser desempolvado por una curiosidad nostálgica.

Todos necesitamos un momento de silencio, para meditar sobre nuestras vidas, porque sin la reflexión solamente "sobrevivimos". Me emociona seguir adelante, encontrar el camino en este laberinto, donde seguramente lo importante no es la salida, si no el camino retorcido por el cual tenemos que andar.

Todo el sonar furioso me hace perder el enfoque; con un momento de silencio lo recupero.