He pensado que los problemas del mundo no tienen solución.
Quisiera poder extirpar este cáncer que consume todo lo puro e inocente de la faz de la tierra.
Ojalá ese olor a podrido no fuera tan fuerte.
Ojalá mi fe en la humanidad no fuera tan frágil.
Mis intenciones son grandes y estériles.
Mi espíritu es joven y deseoso de vivir,
y no termina de abrumarlo este mundo dominado por la inmoralidad.
Podría escribir un justo final a esta historia
pero quizá deba escribirle un inicio de nuevo,
he vuelto a pensar.
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